A continuación un breve relato
que nos expresa las consecuencias de las críticas y nos la dan como moraleja.
Cuentan que, por allá por la región
norte de la Republica Dominicana un joven que recientemente iniciaba en esto de
los gallos, angustiado por los comentarios negativos que había hecho de un trabero
con su reconocido patrón, se dirigió apenado hacia un viejo gallero de la
comarca en búsqueda de unas palabras de aliento, pues había provocado el
despido del pobre pero experimentado trabero.
El joven le comentó al viejo
gallero, que él no robaba, ni mataba, solo que hizo esos comentarios, por lo
que entendía que su falta no pudo haber sido tomada como lo fue por parte del
reconocido gallero. Y buscaba con esto que el viejo gallero se reuniera con el
reconocido gallero para reponer la situación.
No obstante la sabiduría del viejo
gallero no se hizo esperar, solo le pidió al joven aprendiz que tomara un gallo
y se subiera en la punta más alta de la gallera y empezara a quitarle las
plumas al animal una por una y lanzarlas al aire. Cuando el joven novato término,
el viejo gallero le indicó que el paso siguiente era recoger las plumas que había
arrojado e intentara colocarlas de nuevo en el ave. A lo que el joven respondió
que hacer eso era imposible, pues el viento las había esparcido por todo el
poblado, y aun consiguiéndolas todas sería imposible volvérselas a pegar al
gallo. A lo que el viejo gallero asintió, “Así es mi querido José, del mismo
modo un comentario puede propagarse por el viento y puede perjudicar el trabajo y el honor de un
hombre, y se vuelve imposible reparar el mal que se ha hecho. Cuando tú le
robas el honor de un hombre mediante palabras, este honor ya no se le puede
devolver, porque ya el mal de la crítica se ha esparcido por todos lados”.
Recordemos que “palabra de
gallero, palabra de caballero”, nunca pongamos en juicio el esfuerzo de alguien,
ni dejemos que la envidia por el trabajo o éxito de alguien nos convierta en
malas personas. Al contrario valoremos el esfuerzo de cada quien, valoremos su éxito
y considerémoslo como ejemplo a seguir y superar.
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